Ahora que temas como la Responsabilidad Social Corporativa están muy de moda creo que es interesante ahonda un poco más en la obligación moral que tenemos todos de agradecerle a la vida las cosas buenas que tenemos y las experiencias que nos hacen crecer como personas y seres humanos.
Todos, o casi todos, tenemos experiencias que compartir con personas que están caminando por los caminos sin asfaltar y llenos de piedras que nosotros hemos superado hace tiempo...y es responsabilidad nuestra ejercer de guías y bastones compartiendo nuestra experiencia para que, a pesar de no ver el final del camino, esas personas sepan que al final del camino malo está el camino de césped verde y con olor a tierra mojada.
Compartir estas experiencias es doloroso porque muchas veces nos hacen volver a sentir, aunque sea de forma figurada, los malos momentos, los amargores y sinsabores de esa particular travesía del desierto...pero...el ayudar a los demás...el servir de ánimo y apoyo a aquellas personas que lo necesitan es algo bonito y bueno y que, encima, nos hace sentir mejor...
Esta tarde hay algo de eso por Madrid y se que muchas de las personas que ahí estarán escuchando desde abajo de la tarima saldrán fortalecidas por la experiencia lo mismo que las que se subirán a ella...porque es bueno vencer los pudores...y servir de faro y guía, aunque fuere por un ratito, a la gente que anda perdida en el fondo de un camino seco, con piedras y baches...
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