...lo que me faltaba pensó mientras devoraba página tras página de aquel libro oscuro, denso a veces y que le enfrentaba con las partes más oscuras de sus soledades y ausencias...
Por si no tuviera bastante con las cosas como estaban tuvo que leerse aquel libro...a él siempre le gustó la prosa a veces enrevesada pero siempre melancólica de ese curioso escritor burgués de gafas y uno de los símbolos de modernidad de su país...
Mientras leía, él y sólo él, acompañaba al protagonista del libro por las empinadas calles de su ciudad, sentía el mismo frío en invierno, el calor húmedo en verano, iba a las mismas fiestas y coleccionaba las mismas cosas mientras se tumbaba en la misma cama...
La única diferencia eran los 30 años que separaban las distintas épocas que les había tocado vivir...que curioso se dijo...justo ahora han publicado este libro...justo ahora...
Él , como el personaje a quien acompañaba, tenía la manía de acumular recuerdos y fetiches y, en sus momentos de melancolía más oscura, perseguir sombras, imaginar situaciones y dejarse flotar en las aguas de su imaginación...porque el también era el personaje del libro...porque a él también la vida le tiñó los ojos de melancolía y pesimismo...disfrazados de realismo...
Al igual que las personas que aparecían en la foto de la portada de ese libro su vida parecía estar destinada al vino y a las rosas...pero si bien podría parecerlo...la realidad era bien distinta...puesto que, repito, como el personaje de ese libro (que por cierto jamás volvió a leer) le gustaba perseguir esas sombras y esos reflejos del pasado...sin saber que lo que perseguía lo tenía tan delante, tan cerca que no lo podía ver...porque no perseguía a nada ni a nadie...tan solo se perseguía a si mismo y a lo que puedo ser y no fue...
Por si no tuviera bastante con las cosas como estaban tuvo que leerse aquel libro...a él siempre le gustó la prosa a veces enrevesada pero siempre melancólica de ese curioso escritor burgués de gafas y uno de los símbolos de modernidad de su país...
Mientras leía, él y sólo él, acompañaba al protagonista del libro por las empinadas calles de su ciudad, sentía el mismo frío en invierno, el calor húmedo en verano, iba a las mismas fiestas y coleccionaba las mismas cosas mientras se tumbaba en la misma cama...
La única diferencia eran los 30 años que separaban las distintas épocas que les había tocado vivir...que curioso se dijo...justo ahora han publicado este libro...justo ahora...
Él , como el personaje a quien acompañaba, tenía la manía de acumular recuerdos y fetiches y, en sus momentos de melancolía más oscura, perseguir sombras, imaginar situaciones y dejarse flotar en las aguas de su imaginación...porque el también era el personaje del libro...porque a él también la vida le tiñó los ojos de melancolía y pesimismo...disfrazados de realismo...
Al igual que las personas que aparecían en la foto de la portada de ese libro su vida parecía estar destinada al vino y a las rosas...pero si bien podría parecerlo...la realidad era bien distinta...puesto que, repito, como el personaje de ese libro (que por cierto jamás volvió a leer) le gustaba perseguir esas sombras y esos reflejos del pasado...sin saber que lo que perseguía lo tenía tan delante, tan cerca que no lo podía ver...porque no perseguía a nada ni a nadie...tan solo se perseguía a si mismo y a lo que puedo ser y no fue...
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