Ayer retomé la buena costumbre de quedar con mi amiga
Profident para tomar algo después del curro y ponernos un poco al día de todo
comentando las distintas vicisitudes de la vida...de nuestras cosas y de lo que
ha pasado en este par de meses largo que hace que no nos vemos y haciendo
un repaso a las amistades comunes para
ver que todo el mundo está bien...lo cual nos alegra.
Además de lo que nos reímos analizando el aforo (edad
media de 135 años) llegamos a la conclusión de que todos tenemos nuestra kriptonita
particular...que por mucho calzón rojo que nos pongamos por fuera del pijama
hay cosas que nos reducen no a una masa balbuceante pero a un simple mortal
más...con sus inseguridades, ansiedades, nervios y mieditos...
Algunos podréis pensar que Profident es joven, que está
en esa edad de (como dice Co-pilot) de fumar nerviosa fuera de los bares (que
lo está) pero en la otra horquilla de mis amistades nos encontramos con Madre
Coraje...Madre Coraje es una amiga del mundo del caballo que tiene las cosas
bastante claras en la vida...pero como todos tiene su kriptonita...y entre
medias mucha de la gente de la que he hablado en este blog y muchos de lo que
lo leéis...
Lo cual me llega a
la rápida conclusión de que da lo mismo los años que tengamos, lo que hayamos
vivido, de hecho creo que cuanto más experiencia tienes más kriptonitas puedes
tener...al final siempre encontraremos
esa barra verde dentro del hielo que nos devolverá a la tierra...
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