REMEMBER THE TITANS.
El otro día volviendo de Holanda me quedé profundamente dormido en el último vuelo, el Madrid-Sevilla de por la noche. Cuando cogí un taxi, esta vez fue la cosa rápida y sin incidencias de mención, salvo el conato de pela entre mi taxista y otro conductor, le dije al señor: vamos a Durruti esquina Pasionaria, pero coja usted por la Avenida del Presidente Juan Negrín que a esta hora lleva menos tráfico que la Ronda Libertarias.
Menos mal que fue un sueño, un mal sueño pero que ya lo había profetizado el gran Fernando Vizcaíno Casas en su hilarante “Los Rojos Ganaron la Guerra”.
Que grandes ideas las de Su Serenísima Presidencia. Que ganas de remover y dividir. Pero esto nos pasa por no leer nuestra historia. Ya hace 74 años el gobierno de Largo Caballero quiso hacer lo mismo...tontos...si es que somos tontos...y lo peor que la alternativa cada día me merece menos confianza...me voy a exiliar otra vez...que penita de país.
FAMILIA NO HAY MÁS QUE UNA
A todos los que me conocéis no os extrañará que esté en un hospital con la cara pálida y mareos constantes. Y eso que la enferma es mi abuela, escribo mientras la operan de la cadera, y no yo.
Dice el saber popular que la familia te toca (a veces las narices) y los amigos los eliges. Yo creo que sí. Curiosamente soy el que más lejos vive del pueblo de mi familia en Asturias, el único familiar cercano de mi abuela que tiene despertador en funcionamiento y, paradójicamente, el único que está aquí. Ni mi hermana, esa crack, ni mi madre están aquí. Menos mal que mi abuela es una persona querida en el pueblín y han venido muchos amigos a hacerla compañía durante las horas de visita. Especialmente sus dos cuñadas Pili (mi Tía Pilina del Alma) y la tía María Helena que tan buen carácter y disposición tienen para todo.
Desde aquí mi agradecimiento a mis tías-abuelas, a mis primos lejanos y a todo el mundo que ha estado con mi abuela mientras llegábamos los demás.
CANALES DAME CANALES
Un día de estos me cogeré un avión, o no, y me iré de paseo por Ámsterdam a asomarme a los ventanales de las casas, a perderme por los mercados y mercadillos y a disfrutar de una gran ciudad en la que he pasado tres semanas de mi vida pero tres semanas dentro de el pabellón 1 de la feria de Ámsterdam, nada que ver con la de Sevilla.
Esta última feria se ha dado bien. Me he sentido un poco como Michel cuando marcó los tres goles aquellos y salió gritando eso de “me lo merezco”. Después de unos meses de zozobra y de cuestionamiento profesional. Todavía no está todo cerrado pero pueden salir cositas en breve que pondrán a cada uno en su lugar, y espero que el mío sea el más alto. Lo mejor ha sido los comentarios de mis clientes...que cuando uno vale vale...y si no a la escuela esa de magos.