El otro día llegué cansado de mi último viaje para Universal Exports y cuando entré a la oficina y tiré el sombrero al perchero me quedé helado.
Tu mesa estaba vacía y el interfono no paraba de sonar. Después de tantos años de tontear contigo en los que tu te resisitías a mis encantos y en los que yo nunca di el paso definitivo ahora no estás. Y me arrepiendo de ese paso que no di.
Espero que ahora estés allí donde van los buenos. Que te encuentres con este amigo común tan especial.
Muchas gracias querida amiga por todos estos años de confidencias.
JB
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