Otra vez...otra vez...otra vez...todos los días se lo repteía a sí misma...otra vez...otra vez...otra vez...
Otra vez le he visto vagar por su casa a través de las ventanas del patio mientras tiendo la ropa...otra vez...
Ella sabía el por qué de su caracter esquivo y taciturno...sabía que una chica le robó el corazón...sabía que desde entonces pasó años evitando cualquier cosa con tetas y falda...pero ella, espectadora fiel de la película que veía todos los días, sabía que en el fondo de aquella negritud había algo que merecía la pena...alguien a quien rompieron el corazón de aquella manera tenía que ser bueno, sensible y alguien que (si no se habia echado a perder) valdría la pena...
Un día por fin dio el paso...se acercó a la puerta de enfrente (ella vivía en el B y él en el A), llamó al timbre y le dijo: toma, te he traído algo de cena...es suficiente para dos personas...¿me invitas a cenar?...él no supo que decir...le cogió tan de sopetón que se hizo a un lado y la franqueó el paso a su casa...que a pesar de lo que todos podéis pensar estaba impecable y en perfecto estado de revista.
Comenzaron a charlar...ella llevando el peso de la conversación y él dando pequeños pasos...poco a poco y sin darse cuenta un día él llegó a su casa...y en el B ya no había nadie...estaba la casa vacía...miró a la izquierda a esa puerta como siempre que salía del ascenso...giró a la derecha...sacó las llaves...abrió y al entrar a su casa se encontró con ese olor que tanto le gustaba...al café recién hecho en una tarde desapacible de otoño y a ella esperándole con la mayor de las sonrisas que alguien pudiera imaginar...la misma que tienes el día después de un primer beso...
Habían pasado muchos meses desde que ella se fué del B para cruzar el descansillo...un día en el que ella le dijo...yo te conozco...y se lo que ha habido estos años a puerta cerrada...no te preocupes...y él la dijo...sí, ven...porque contigo puedo ser yo...y eres tú.
Inspirado en una historia real que me contaron el otro día entre gin tonics y desafinos...como las pelis de Antena 3...
Otra vez le he visto vagar por su casa a través de las ventanas del patio mientras tiendo la ropa...otra vez...
Ella sabía el por qué de su caracter esquivo y taciturno...sabía que una chica le robó el corazón...sabía que desde entonces pasó años evitando cualquier cosa con tetas y falda...pero ella, espectadora fiel de la película que veía todos los días, sabía que en el fondo de aquella negritud había algo que merecía la pena...alguien a quien rompieron el corazón de aquella manera tenía que ser bueno, sensible y alguien que (si no se habia echado a perder) valdría la pena...
Un día por fin dio el paso...se acercó a la puerta de enfrente (ella vivía en el B y él en el A), llamó al timbre y le dijo: toma, te he traído algo de cena...es suficiente para dos personas...¿me invitas a cenar?...él no supo que decir...le cogió tan de sopetón que se hizo a un lado y la franqueó el paso a su casa...que a pesar de lo que todos podéis pensar estaba impecable y en perfecto estado de revista.
Comenzaron a charlar...ella llevando el peso de la conversación y él dando pequeños pasos...poco a poco y sin darse cuenta un día él llegó a su casa...y en el B ya no había nadie...estaba la casa vacía...miró a la izquierda a esa puerta como siempre que salía del ascenso...giró a la derecha...sacó las llaves...abrió y al entrar a su casa se encontró con ese olor que tanto le gustaba...al café recién hecho en una tarde desapacible de otoño y a ella esperándole con la mayor de las sonrisas que alguien pudiera imaginar...la misma que tienes el día después de un primer beso...
Habían pasado muchos meses desde que ella se fué del B para cruzar el descansillo...un día en el que ella le dijo...yo te conozco...y se lo que ha habido estos años a puerta cerrada...no te preocupes...y él la dijo...sí, ven...porque contigo puedo ser yo...y eres tú.
Inspirado en una historia real que me contaron el otro día entre gin tonics y desafinos...como las pelis de Antena 3...
1 comentario:
Contigo puedo ser yo... Y eres tu.
Seguro que fueron felices.
Publicar un comentario