Recuerdos.

Ayer cuando llegué a casa en Madrid mi hermana me dio una bolsa con ropa antigua que mi abuelo Enrique guardaba en su casa desde hacía mucho tiempo.

Esa ropa eran unos pantalones de montar y uno chaleco de piel de mi tío abuelo Antonio...a quien nunca conocí. El único conocimiento que tengo del hermano de mi abuelo es una pequeña foto que siempre estuvo en la estantería del salón de mis abuelos...en ella se veía a un joven muy parecido a mi abuelo con uniforme del ejército y sonriente...

En la casa de mis otros abuelos, los de Asturias, hay una foto de otro hermano de mi abuelo a quien tampoco llegué a conocer más que en foto y de quien también hay algún que otro recuerdo material por ahí...era mi tío abuelo Grato.

Antonio y Grato murieron fusilados en la Guerra Civil...cada uno por un lado...y jamás de los jamases escuché una palabra más alta que otra en las reuniones familiares y la relación entre mis abuelos, tan dispares pero tan parecidos, siempre fue de cariño, respeto y borrón y cuenta nueva.

En estos momentos de crisis y en estos años de caza a una idelogía política que hemos vivido echo en falta esa actitud de mis abuelos...de dejar el pasado de lado y no personalizar en la otra persona (cada uno de un bando aunque luego las circunstancias de la vida les acercaron mucho) y dejar atrás una guerra fratricida y absurda basada en el odio y en la revancha. Mi abuelo Enrique fué el último en faltar de los dos...y en sus últimos años me decía que siempre que veía o escuchaba las noticias el ambiente de revanchismo le recordaba al del bienio entre 1934 y 1936...menos mal que sus miedos no se han llegado a cumplir...pero cuanto me gustaría que mucha gente hubiera visto ese ejemplo de unidad, cariño y recuerdo al hermano muerto y normalidad que me dieron mis abuelos en el día a día...