Ayer por la tarde estuve en el gimnasio...me dediqué a nadar y tuve suerte...la piscina de fuera estaba vacía y la tenía toda para mi.
Después de un buen lunes, pero lunes al fin y al cabo, que cosa más buena es nadar...el relajarse sintiendo como el agua se desliza por la piel...la cadencia de los brazos marcando el ritmo e ir mirando mi propia sombra en el gresite de la piscina para ir corrigiendo el estilo...después una ducha y a casa con la satisfacción de haber recorrido un número suficiente de piscinas como para que cuente...
Después en casa, a pesar de que el deporte se supone que te despierta y te activa, me fué invadiendo una sensación de tranquilidad, sopor y relajación que me llevarno a la cama directo...además...ayer fué lunes...que es uno de los días en los que me cambian las sábanas de la cama...y el final del día fué perderme en esa sensación tan placentera y tan estupenda de notar las sábanas limpias, con la cama bien hecha y disfrutando de la mezcla de olores del gel del gimnasio y el jabón y el suavizante de las sábanas limpias...
