La calle Orense cerca de la oficina está llena de personas que o bien realizan campañas de captación para diversas ONGs y demás o viven de la caridad de los demás (y una cosa no tiene que ver con la otra). Sitio interesante la calle en el que se encuentran todo tipo de especímenes…ya escribiré sobre el señor raro raro con el que me crucé ayer…que pena ser tan tímido y no haberle hecho una foto…
Hace tiempo escribí acerca de la señora mayor que vende chicles y ahora lo hago sobre Rayito, el payaso esquizofrénico.
Este señor, que ya pasa de los 50, está casi siempre en Orense a la altura del número 4…donde el Startbucks…va vestido de payaso, con la cara pintada y los colores estilo Ronald McDonald y fuma constantemente…estos últimos días a dejado de lado su caja de madera y su cartel explicando que por su enfermedad no puede trabajar…
Si todos los payasos tienen en el fondo algo de tétrico (será porque no se les ve la cara y tanta estridencia de colores asusta) uno que ya de por sí declara que tienen una enfermedad mental grave lo es mucho más…
Tantas y tantas pelis siguiendo el tópico del payaso malo enamorado de la trapecista guapa en el circo ambulante…más miedo todavía…
Quizá aquello destinado a hacernos reír tiene un reverso trágico y oscuro (como todo en la vida que es el ying y el yang) de placer y dolor, el amor y el odio como dos caras de la misma moneda (sentimientos y sensaciones intensas) y la muerte y la vida como algo normal en el devenir de los seres vivos…
Todos los espejos tienen dos caras, y no hace falta ser Alicia en el País de las Maravillas y atravesar el umbral para saberlo…