De restos, de luces y de Belenes…

Madrid se ha convertido en una gran urbe…pero todavía algunas de sus zonas (que vivo en la plaza del pueblo) guardan restos de su pasado “rural”…pequeñas casas bajas arregladas, con su pequeño jardín y sus árboles y flores…ventas en mitad de una calle que era una antigua carretera…con su cartel de casa de comidas y todo…

Esas casitas cuando las consideras de manera aislada parecen las que se ponen en los Belenes de Navidad al fondo para dar algo de perspectiva y profundidad al conjunto…hace tiempo alguien me dijo que Ubrique visto desde su ventana me gustaría…porque era como un Belén recostado en la ladera…y es cierto…

Lo que más me gusta de estos “Belenes” es ver las luces de las casas…sobre todo a la hora de la cena o luego volviendo a casa en ese intervalo de tiempo en el que la gente ya ha cenado y está haciendo vida en sus salones…lo que más me gusta de Ámsterdam es la ausencia de cortinas en esos grandes ventanales…que hace que pasear por sus calles sea más entretenido de lo que debiera…porque aunque sea una calle chula se parece mucho a casi todas las demás…pero poder convertirte en un pequeño voyeur para mirar las decoraciones, ver escenas cotidianas como si fueras un James Stewart ambulante…es algo chulo…

A casi todos, además, nos gusta elaborar teorías sobre las personas que vemos…sobre las casas…es curioso…la cantidad de cosas que pueden estar sucediendo por una calle mientras vamos por ella…y nosotros solo podemos imaginarlo…