28 de septiembre de 2011

Transferencia…

Tengo la suerte de haber practicado distintos deportes a lo largo de mi vida…deportes en principio con poca relación entre sí (baloncesto, judo, bodboard, pesca submarina, football…) a la vez que he estudiado cosas distitnas (derecho, relaciones internacionales, MBA…)

Al final uno va cogiendo cosillas de ahí y de aquí y las va usando en su día a día cotidiano…por ejemplo usar lo que aprendimos en operaciones en el máster para intentar adivinar la cola más rápida en el súper mercado…a aprovechar el juego de pies del baloncesto y el uso de las manos y la fuerza del contrario del judo a la hora de jugar al football…del football, por ejemplo, el como convertir los retos individuales en el triunfo de un equipo…

Lo mismo en el trabajo del día a día y en la relación con el entorno…entender las motivaciones de cada uno, el intentar colocar a cada persona en la mejor posición para que de lo mejor de sí mismo…

Lo que jamás de los jamases habría imaginado es lo que veréis en este enlace…que un entrenador de football transfiere lo que aprende tocando el piano al campo…sobre todo a una posición tan física y que (en apariencia) tan solo se basa en la fuerza bruta y en el contacto físico violento y continuo…

Interesante…

Está claro que todos podemos aprender y transferir…lo único que sí que es necesario dejar de lado y compartimentar de manera completamente estanca son las emociones y los estados de ánimo…aunque es tan complicado que hay textos y notas técnicas que tratan de los estados de ánimo a la hora de dirigir…

Mi truco es imaginarme la puerta de la oficina como un lavado de coches…entro por un sitio con el día a día encima…y salgo por el otro limpito y listo para centrarme en lo que me espera en la mesa…

2 comentarios:

Irene dijo...

Sólo quería decirte que me encanta como escribes... Puede que sea porque comparto muchas de tus ideas, o sencillamente porque cuando algo es brillante atrae... Y es que el mejor adjetivo para describir esto es brillante.
Seguiré de cerca tu trabajo, porque, como una luciérnaga tozuda, cuando encuentro una luz difícilmente me separo de ella.
Enhorabuena y continúa así. =)

K. dijo...

Muchas gracias Irene...bienvenida!