El viernes de la semana pasada nos despertamos con la noticia de la muerte de la actriz de Último Tango en París y con los comentarios que nunca pudo superar la marca tan grande que en su “curriculum” dejó el haber participado en una película tan totémica…
Al recuerdo se me vinieron otros nombres de juguetes rotos…cercanos y lejanos…conocidos y desconocidos que nunca pudieron seguir con su vida más allá de un acontecimiento en concreto, una influencia o una experiencia que no necesariamente tuviera que ser traumática…
Ciertamente es una gran fortuna la que contamos los humanos al tener un cerebro capaz de llevarnos a la cúspide de la etapa evolutiva…pero no debemos dejarlo campar a su libre albedrío para que no nos juegue malas pasadas…porque nuestra voluntad y nuestro Yo han de ser más fuertes siempre que los mecanismos ocultos de nuestro cerebro y evitar que estos mecanismos nos puteen gobiernen.
A todos aquellos que conozcáis alguna persona que pudiera ser juguete roto o estuviera en camino os recomiendo máxima paciencia, firmeza y que les deis gran cariño y amor…porque esa será la mejor medicina…
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