Cuando transmitimos mensajes muchas veces no reparamos en partes del mismo que son cruciales a la hora de que los receptores del mismo entiendan el contenido en toda su extensión o bien que se formen una idea errónea de nosotros o de nuestro mensaje…
El otro día en un momento de esos en los que estoy tan a gusto que o bien me duermo o bien parece que me aburro de lo pacífico que estoy me preguntaron por lo que me apetecía hacer…y hundido en el asiento del coche dije eso de “a mi todo me da igual”…
Visto desde fuera pudiera pensarse que ni estaba contento ni me apetecía hacer nada…cuando la situación era (y es) justo la contraria…
Estaba contento (pero relajado y de ahí el lenguaje corporal) y me daba igual el plan…porque todos me parecían bien…que es exactamente el mismo mensaje pero que puede expresar justo lo contrario…apatía Vs motivación.
Ciertamente cuidamos las expresiones evitando utilizar aquellas frases fuera de contexto o que sabemos que pueden herir o molestar a los que nos escuchan…pero hay veces que no escogemos aquellas palabras adecuadas por azar, por costumbre o por alguna otra razón…sin darnos cuenta que muchas veces el uso de una expresión u otra puede influir en nuestro ánimo o en la forma en la que gestionamos nuestras relaciones con el entorno.
Pues eso…que me da igual…o mejor dicho, todo me parece bien…
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