La vida, a veces de una manera bastante poco amable, nos da lecciones y nos pone ejemplos de lo que vale la pena y de lo que no de como actuar y de como no, de qué cosas valorar, aceptar y cuales no…
En estos tiempos de crisis todos hablamos de la escasez de recursos necesarios para el día a día (financiación, petróleo, commodities…) pero parece ser que nadie se da cuenta de que el recurso más escaso es el tiempo…ya Casona lo advertía en la Dama del Alba cuando el abuelo le decía a la muerte eso de “tengo 70 años”…y la muerte le respondía que no los tenía…que los había gastado ya…
Obviamente la asignación de recursos la hacemos en función de las prioridades que tenemos y solo basta observar este hecho para conocer aquellas prioridades de un grupo, un país o una persona…
Ciertamente cuanto más centremos nuestra observación en un individuo más habrá que tener en cuenta las circunstancias personales del mismo. Yo soy yo y mis circunstancias que diría Ortega y Gasset…y dichas circunstancias pueden estar marcadas por según que experiencias, esquemas mentales o miedos a según que situaciones o personas.
Obviamente estas circunstancias actúan como elementos de ponderación de las variables a la hora de analizar y diagnosticar…aunque jamás hemos de darles un peso tan excesivo como para nublarnos la fría y objetiva apreciación de la realidad.
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