11 de abril de 2012

Cuestión de tacto...

Ayer charlando sobre los libros, sus bondades y su mantenimiento mi contertulia me decía que ella regala sus propios libros a no ser  que sean aquellos que tengan algún significado especial...acto seguido a decirme que ahora usa un libro electrónico en aras a la comodidad.

Esta comodidad del formato electrónico es indudable...puedes acarrear bastante lectura sin cargar con tanto peso...etc...y yo lo practico con cierta asiduidad...pero sobre todo para revistas.

Sin embargo algo tienen de fetiche, de propiedad y de historia que a mi me cuesta abandonar por completo el formato papel...y sobre todo  regalar mis propios libros...porque son parte de mi historia y reflejo de mi evolución como persona...y además me hacen compañía.

Si bien me parece uno de los mejores regalos  tanto para hacer como para que me hagan (por supuesto dedicados, a ser  posible por el autor y por el regalante) el regalar mis propios libros me cuesta...será porque, como decía yo ayer, en mi casa somos muy frikis con ese tema y datamos todos los libros con la fecha y lugar de "entrada"...de hecho no suelo dejar libros...porque libro que dejas libro que es complicado que vuelva a su anaquel...

Curioso el mundo de los objetos y su componente fetichista...e interesante el mundo libro...

Además la conversación surgió a raiz de la visita de un vendedor ambulante de libros argentino (para variar llamado Marcelo) que nos contó su iniciativa empresarial bastante curiosa...os dejo el enlace:

http://www.facebook.com/pages/C%C3%ADrculo-independiente-%C3%91-de-escritores/113363126418

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