4 de agosto de 2012

Aquella noche de frío y niebla

A pesar de que fuera primavera la noche era fría y cubierta por la niebla...aprovechó aquel momento de tranquilidad en el puente del Carpatia, le dio un sorbo a su café, ese café de la gente del mar con un toque salado, y se abrochó la chaqueta hasta arriba no dejando ningún botón, dorado y con un ancla, sin cerrar...

A lo lejos, más al norte, se veían los fuegos artificiales lanzados por aquel barco nuevo, el más rápido e insumergible...el orgullo de la naviera White Star...

Al poco rato llegaron los primeros mensajes pidiendo socorro, ese nuevo código repetido que pedía que salvasen sus almas...y tuvo que pasar e su guardia...ella que era la primera mujer en alcanzar el puesto de primer oficial en aquel mundo dominado por hombres...dio las órdenes precisas y viró SL norte a toda máquina...

Qué raro pensó ella al despertar, otra vez ese sueño recurrente...a ella que no le gustaba ni el mar, ni los barcos ni nada que la alejase de aquella ciudad, con sus bares y restaurantes llenos de aspirantes a ciudadanos del mundo con ese aire cosmopolita de pego...

Mientras pensaba esto él cambió de postura y ella dirigió su mirada hacia él...tan dormido, tan distante de los problemas del día a día mientras dejaba que su mente vagase por sus propios sueños...ella sabía que su apariencia de hombre exitoso y seguro de si mismo era mentira, una más de todas las que había en la vida actual...sin embargo ella sabía que esos fuegos artificiales no eran otra cosa que bengalas pidiendo auxilio...como las que vieron los oficiales del Carpatia aquella noche de abril en la que el Titanic se fue al carajo en mitad del océano...pero ellos no sabían la verdad, al contrario que ella...

Ella sí sabía que él la necesitaba, que con tan solo un abrazo, un beso o una palabra amable (hacía meses que no había sexo entre ellos) podría salvarle...evitar que se hundiera en el agua helada como el protagonista de aquella peli tan cursi sobre el barco ese del demonio...sin embargo sus heroicidades las reservaba para sus sueños...así que se levantó, metió dos bragas y una camiseta blanca en su bolso y viró al sur a toda máquina...alejándose de aquel gran barco que se hundía mientras sonaba la música

K.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustan mucho estas cositas...mucho