Siempre que hago un viaje en coche me siento atraído por las obras abandonadas a pie de carretera…sueños de negocios que se estancaron, que murieron antes de nacer y que, por desgracia, nunca llegaron a prosperar.
Siempre imagino las causas de esos finales…mala suerte, mala puesta en práctica…malos cálculos…o simplemente porque la vida no quería eso para esas personas.
Cuando voy a Los Caños por la A-4 siempre intento parar en Casa Pepe…que es un sitio bastante friki pero en el que se come bastante bien y a un precio razonable…y estas son las claves de que se mantenga en la cresta de la ola a pesar de los desvíos de la carretera y la competencia en Venta de Cárdenas con varios sitios con unas buenas vistas a Despeñaperros.
El día 30 paré allí a comer…y estaba hasta la bandera… pensé en aprovechar la parada para hacer un pis y seguir vía pero decidí, ya que hacía tiempo que no paraba allí, esperar un rato y comer…el rato fue un ratito nada más…en contra de lo normal en un sitio de carretera el personal era más que suficiente…había 7 personas detrás de la barra y uno para las 5 o 6 mesas del bar…
Pensé que las dos cosas, en principio, no están relacionadas pero sí que lo están…porque la muerte de muchos negocios de hostelería es la falta de atención al cliente y el pensar que por estar en una carretera importante o por ser un sitio peculiar (y ambas circunstancias se dan en este caso) el éxito está asegurado… y no es tal cosa…tardé exactamente 25 minutos en hacer la parada técnica del baño, comer, comprar un par de cosas y pagar…not bad para un sito petado…y la relación calidad precio sobresaliente…la comida me costó 9 euros y comí mejor y más rico que en muchos sitios de menú de a 12 leuros…
Como diría Miguel Ángel Llano “tenían muchos gallos allí trabajando”…y y a se sabe que las operaciones son importantes para el buen fin de cualquier cosas que te uno se proponga…
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