Definiendo…

 

Los Caños (que no Caños) no es para todo el mundo…y mucho menos para las masas de gente que ahora lo dejan todo hecho un asco, sucio y descuidado…porque todos hemos hecho botellón pero nosotros limpiábamos…porque en el mismo sitio donde nos poníamos de día…tomábamos copas de noche…

Ahora que hay mil iniciativas para preservar la “virginidad” de Los Caños, El Palmar, Mangueta y similar me gustaría compartir con vosotros lo que para mi, y para muchos, significa Los Caños…los recuerdos que nos trae aquella zona y por qué somos bastante frikis y talibanes de la zona…porque aunque no soportemos aquello ya en agosto seguimos cogiendo las vacaciones para intentar coincidir por ahí…

Para mi Los Caños huelen a levante y a poniente, a pino y a arena, a espuma y a algas…

Para mi Los Caños saben a atún y a retinto, a yogur de vainilla de yoplait y a pan de kilo, a pasteles de Galván y a chorizo de cangas...

Para mi Los Caños es donde he sentido amor y soledad, cariño y ternura, felicidad y frustración…

Para mi Los Caños es refugio y patio de recreo, polideportivo natural y sofá con la tele…

Para mi Los Caños es la playa y el pinar, Vejer y Barbate, familia y amigos…

Ahora para vivir esto hay que volver fuera de agosto…disfrutar de un cálido fin de semana de invierno en casa de alguien charlando y tomando copas hasta caerte de la silla de la risa floja…pero es allá donde todos volvemos y a donde todos queremos ir…

En definitiva, Los Caños es aquel lugar al que siempre llegas como si fuera la primera vez…según empiezas a vislumbrar el pinar, la Torre de Meca y el Faro de Trafalgar sientes como te va corriendo el cuerpo un hormigueo…hasta que llegas, te encuentras con la gente…y parece que no te has ido nunca.