25 de agosto de 2009

Talos IV

Desde pequeño, sobretodo hasta mi gran cambio hace 7 años, siempre me gustó bucear por encima de las rocas en la playa de Los Caños.

Era una sensación que resumía muchas cosas. Para empezar me sentía bien porque, estando tan sumamente (nunca mejor dicho) gordo se agradecía el disfrutar de la playa sin notar como te mira la gente...después era una sensación de descanso y ligereza (viva Arquímedes y su principio) y, además, era lo más parecido a realizar el sueño de Ícaro y volar por encima de las montañas y las llanuras...sintiéndome un depredador, sobre todo cuando iba de pesca...

Es curioso como la mente se refugia y es capaz de crear pequeñas fantasías que nos ayudan a evadirnos y a soportar algo que no nos gusta y nos tiene puteados...o por lo deberíamos ser capaces de hacerlo, sin perder contacto con la realidad...

El título del post (frikada) es el nombre de un planeta que sale en Star Trek (el único episodio del que me acuerdo y de los pocos que me gustaron) en el que los habitantes de ese planeta creaban esas ilusiones con el cerebro y así personas enfermas e impedidas podían vivir ahí en una realidad paralela ajenos a sus enfermedades y achaques...pero, repito, no conviene dejar que esas pequeñas fantasías, esos pequeños reductos personales, nos alejen de la realidad y nos conviertan en unos don quiojotes cualquieras...

¿A qué viene esto?...realmente a nada...es simplemente una reflexión surgida de una conversación en el gimnasio.

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