Los seres huamanos pensamos, por lo general, que ya no somos animales...que hemos evolucionado tanto que somos una especie de ente superior a medio camino entre lo terrenal y lo divino.
Que equivocados estamos. Todos hemos oído hablar de las razones por las cuales a los hombres nos suelen atraer físicamente las mujeres de generosos pechos y caderas anchas y los motivos que hacen que las mujeres se fijen en hombres fuertes y viriles...todo tiene que ver con la transmisión de los genes, la capicidad de cazar y la de engendrar descendencia.
Como buenos animales que somos generalmente nos encuadramos en los onmívoros...a pesar de que entre nosotros haya veganos, vegetarianos, carnívoros...pero también hay carroñeros.
Son las persona que se alimentan, en sentido literal y figuardo, de lo que nos sobra a los demás...de nuestros restos.
Esta mañana mientras iba a por el coche he visto a un carroñero. Una persona con aspecto de extranjero, con su mochila al hombro y desaliñado en el vestir.
Estaba sentado en un banco y en él tenía varias latas de cerveza perfectamente agrupadas como si acabasen de salir del súper...he pensado en lo triste que es ver a alguien con una dependencia tan enorme...que antes de las 8:20 de la mañana ya esté bebiendo. Hasta que me he dado cuenta que lo que estaba haciendo era vaciar el contenido de las mismas para luego llevarlas a reciclar y ganarse unos pocos céntimos de Euro de esa forma.
En el fondo seguimos siendo primarios, atávicos y nos gusta encajar dentro de una estructura jerarquizada...y estar nosotros en la cúspide.
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