25 de febrero de 2008

Paradojas.

 

Todos a esta hora ya sabréis la gran noticia. A Javier Bardem le han dado un Oscar por su papel de un pirado en una película de los Hermanos Coen.

Aquí estamos acostumbrado a un Bardém sucio, desaliñado y con su pegatina del "No a la Guerra" y sus discursos y monsergas políticas en los actos de entrega de premio.

Ahora ha tenido la oportunidad de hacer lo mismo en la guarida de la bestia, de su gran satán...en la entrega de los Oscar...pero el defensor de la libertad, el paladín a la taza del castrismo no ha tenido narcies para hacerlo.

Una pena, será que somos demasiado poquita cosa para él. Esperaba algo más...más coherencia...más valor...pero no...el rojo de salón se ha plegado a una de las máximas del capitalismo: money talks.

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