Hoy, a la hora de comer, he visto un trozo de un documental sobre Marruecos y ha salido el típico momento de la llamada a la oración…
Uno de los mejores recuerdos que tengo de mi paso por Estambul es el de la llamada a la oración del ocaso…
De las cinco llamadas que hay a lo largo del día la mejor y la que sumía a la ciudad en un ambiente completamente distinto era esa…nada más ponerse el sol…cuando el cielo empieza a tornarse añil y rojo…
Si teníamos suerte y ese momento nos cogía en la Torre Gálata, en alguna de las terrazas o en cualquier sitio con vistas el momento era todavía mejor.
En ese momento…cuando el sol desaparece…cada mezquita llama a los fieles a la oración con diferencias de segundos…y unas se van sucediendo a las otras…las grandes mezquitas otomanas, las más modernas…las luces de los minaretes, el contraste de la luz del sol que se desvanece…las casas y calles con las luces encendidas…momentos de gran belleza y recogimiento…
En especial disfrutaba de la llamada a la oración del ocaso en mi terraza, leyendo o (lo más normal) viendo pasar los mercantes y petroleros hacia o desde el Mar Negro y la multitud de transbordadores, lanchas privadas, y barcos en general que convierten el Bósforo en algo así como el Paseo de la Castellana pero con agua…
Recuerdo una llamada a la oración en particular allá por el mes de marzo del 2004…cerca de mi 30 cumpleaños…fue distinta…fue de los mejores momentos de la beca y de los últimos años…que gran recuerdo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario