16 de octubre de 2008

Los Holandeses...gente curiosa.

Es el cuarto año, y último de momento, que vengo a Hortifair en Ámsterdam.

Desde la primera vez que vine me han llamado la atención varias cosas.

A pesar de que ya conocía como podrían ser los locales gracias a la gran María Smulders, siempre en nuestro recuerdo, no dejan de sorprenderme.

Ante todo comentar esta forma de expresarse que tienen que es una mezcla entre el inglés y el albaceteño pero hablado por el padre de Julio Iglesias...

Luego esta gente sí que son ordenados...si estamos a por rolex estamos a por rolex, que diría el chiste.

Si bebes, bebes. Si comes puedes beber pero no muho...si fumas, fumas y si vas a un coffee shop te drogas...escaparates en su barrio...eso sí...no se puede mezclar...cada cosa en su sitio..

Otra cosa es la velocidad de vértigo que cogen las bicicletas por aquí...y ring ring y mejor apártate que te laminan.

La ciudad es preciosa eso sí...los canales y las casas de ladrillo...las ventanas abiertas a la calle como una versión viviente gigante de 13 rue del percebe... en este viaje les noto algo menos educados que en los anteriores...pero a buen seguro que son cosas mías.

Eso sí...esta ciudad cada vez me gusta más...supongo que es porque el otoño le da ese aire de melancolía que tanto me pega...la lluvia...las hojas...los canales con sus barcos (algunos abandonados por supuesto...) muchos coches clásicos...y sobre todo ambiente de terrazas y pandillas decadentes...pero tengo ganas de venir más a esta ciudad...sobre todo de vacaciones.

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