Que visionario que fué Mustafá Kemal Ataturk. No solamente por su giro hacia Europa. Después de mucho tiempo de singladura llena de tormentas y escollos hacia la integración en la UE el resultado de las últimas elecciones hace más complicado el asimilar a un país tan complejo como Turquía dentro de la Unión.
Paradójicamente el AKP ha renovado su voto por la renovación y la negocación para la adesión a Europa en contra de los partidos más laicos, nacionalistas y que, a pesar de ser más parecidos a los del resto de Europa, no están muy por la labor de perder la identidad nacional turca, que es fortísima, con tal de beneficiarse de lo ofrece la UE.
Después de los tres golpes militares, las constantes amenazas del Ejército (que es la institución más valorada por la sociedad turca) y el "Golpe de Internet" del pasado mes de abril queda claro que el estamento militar no va a permitir un giro hacia un estado confesional musulmán.
El resultado de las elecciones es el claro exponente de dos situaciones patentes en Turquía.
La primera es la distancia que separa a las élites urbanas, clase media y profesionales liberales del resto del país. Los barrios acomodados de Estambul, Ankara o Izmir no son representativos del nivel de desarrollo de la socieda turca. Tradicionalemente las élites económicas han sido pro europeas, educadas en el extranjero y con una forma de entender la integración del hecho religioso en la vida diaria muy similar al nuestro.
La segunda es el aumento del sentimiento pro islámico y el respaldo al giro islamista de Erdogan por parte de la mayoría de la sociedad turca. El AKP ha obetenido casi el 50% de los votos frente al 35 % de las pasadas elecciones.
Las consecuencias de la combinación de ambas circustancias puede traer graves efectos para la estabilidad social y económica de Turquía.
Una alianza de las élites económicas con el Ejército (que en sí mismo es uno de los mayores acotres económicos a través de su fondo de pensiones Oyak y las participaciones de este en multitud de intereses económicos) podría traer un golpe de estado a modo de Despotismo Ilustrado que diera al traste con todo el proceso de adesión y reformas económicas.
La otra es un golpe de mano del AKP que ocasionaría mayor rechazo en Europa y, por lo tanto, un peligroso efecto rebote y la posible creación de una mega alianza islámica entre Turquía, Irán, Siria, etc...que causaría una gran presión sobre el transporte del petróleo y sus derivados. Sobre todo del originario de los yacimientos de Asia Central como los del Caspio.
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