25 de julio de 2007

El Viaje y El Otro Viaje

Estos son dos posts que colgué en un blog común con unos amigos. Creo que lo suyo es que también esté aquí.


EL VIAJE.

17 de Enero de 2007.

Este post lleva rondando casi tres semanas mi cabeza. Todos estamos hartos de oir las parábolas que califican la vida como una jornada, un río, un camino, etc…yo voy a ampliar la parábola del viaje especificando el medio de locomoción empleado: un tren.
Todos los viajes en tren empiezan y terminan en dos estaciones con paradas intermedias. Las paradas intermedias serían aquellos hitos en nuestra vida que nos van marcando nuestro devenir diario como primeras comuniones, bodas, nacimientos, fallecimiento de seres queridos, amigos que llegan y se van o simplemente cualquier acontecimiento importante.
Hay un tren muy especial para mi que en esos días está recorriendo sus últimos kilómetros mientras lucha por seguir su marcha y no llegar a su estación término. En una de las paradas de ese tren se bajó alguien que había sido el carbón que hacía funcionar la máquinaria de ese tren y que cada vez están más cerca de volver a unirse allá en ese lugar a donde van todos los trenes buenos.
He tenido la suerte que ese tren haya recorrido junto a mi más de un tercio (esperemos) de mi viaje y ahora que me enfrento al cambio de vías que separará ¿para siempre? nuestros caminos me invade una sensación de tristeza honda que todo lo contagia. Pero también tengo que dar gracias, muchas gracias, por haber tenido el ejemplo de rectitud y estoicismo a mi lado aunque no siempre lo haya sabido o querido apreciar.
Abu, no nos dejes. Pero si lo haces vete sabiendo que nosotros siempre te querremos y nos alegraremos de que ya estés de vuelta con tu Carmelita del alma.
El OTRO VIAJE.
16 de Febrero de 2007.
Quien no se acuerda de “La Sonata de Estío” cuando la Niña Chole arroja tres monedas al mar después de que al negro se lo comiera un tiburón.
El viaje terrenal de mi abuelo terminó hace 10 días y el también se llevó tres monedas de oro para que Caronte le transporte al otro lado de la Laguna Estigia en el comienzo de su viaje espiritual.
En este caso, Abu, las monedas de oro que te llevas es el recuerdo lleno de amor de tus dos nietos y de tu hijo. Pero estas monedas no valen nada en comparación con la fortuna en monedas de oro que tu nos has regalado a lo largo de nuestra vida.
Abu, te fuiste como viviste. Te fuiste en silencio, sin querer molestar a nadie y preocupado e interesado por la vida de los demás. Te fuiste lleno de Fe y te fuiste con el cariño de todos aquellos que te conocimos.
Por eso, Abu, estamos seguros que en este nuevo viaje que has emprendido siempre nos llevarás presentes y nos cuidarás desde allí arriba.
Gracias Abu!!!

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